Los cirujanos plásticos están alertando de la facilidad de importar silicona líquida a través de Internet, material que está rigurosamente prohibido en España.
El riesgo de los Bioimplantes, concretamente los biopolímeros, es tan alto que se considera ya un problema de salud pública, ya que con ellos se están produciendo, por ejemplo, lesiones faciales de carácter irreversible, situación que se agrava por la facilidad con que este tipo de sustancias, se usa por personal muchas veces ignorante del riesgo al cual somete al cliente (cosmetólogas, médicos esteticistas, etc.). Así mismo el número de personas que ingenuamente recibe estos procedimientos cada vez es mayor por creer en soluciones mágicas, económicas y altamente promocionadas. Actualmente el bombardeo propagandístico de los llamados "implantes tisulares (inyectados) para rellenos glúteos", también llamados "implantes con células expandibles"... los cuales no son más que microesferas de metacrilato en una suspensión de dimetilpolisiloxano (Silicona). La gran mayoría, por no decir todos estos productos no tienen permiso ni registro sanitario lo que es motivo suficiente de alarma y en consecuencia autoridades correspondientes actúen. La Asociación El Defensor del Paciente (Adepa) ha alertado sobre el riesgo de los bioimplantes, o implantes inyectados de silicona, tanto en glúteos o glándulas mamarias como en la cara para corregir arrugas. En este último caso se utilizan los biopolímeros, que según la asociación, "causan graves secuelas en las personas que son tratadas con este producto". Adepa ha aconsejado a los pacientes que rechacen cualquier producto que les ofrezcan en clínicas de Cirugía Estética distinto al colágeno o al ácido hialurónico, ya que les podría causar "un importante daño físico o psicológico irreparable". En el caso de la cara, donde se utilizan los biopolímeros, la Asociación explicó mediante un comunicado que son un producto consistente en silicona en forma diluida, que cuando se inyecta bajo la piel y se solidifica "origina granulomas que pueden extraerse mediante el bisturí con la consecuente cicatriz". El Defensor del Paciente señaló que dispone de fotografías de personas que se sometieron a operaciones con estos productos nocivos. Según esta asociación, desde las clínicas de Cirugía Estética "se hace creer a los clientes en soluciones mágicas y económicas con un desconocimiento total de lo que pueden ser estas sustancias". Y es que en los últimos 10 años se ha producido todo un boom, el número de operaciones realizadas por cirugía estética no deja de crecer, especialmente en España, el país europeo donde se realizan más intervenciones quirúrgicas de este tipo. La cirugía estética se ha convertido en una práctica habitual para la sociedad, tanto es así que ya forma parte del IPC. Según datos aportados por la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE), en España se practicaron unas 400.000 operaciones, que supusieron un gasto promedio de 800 millones de euros durante el 2006 (una media de 2.000 euros por paciente). La fuerte demanda es resultado de la influencia que ejercen la moda, la publicidad y los medios de comunicación y que además, al promover un canon de belleza específico trae como consecuencia la proliferación de franquicias. Teniendo en cuenta que la práctica de la cirugía estética representa un segmento muy importante del mercado, aún así, hechos recientes, como la muerte de dos mujeres en el Hospital Evangélico de Barcelona en tan sólo 4 días debido a complicaciones post-operatorias, ponen en tela de juicio cómo son los procedimientos médicos que se llevan a cabo en la cirugía estética y si realmente existe un control por parte de la administración pública. Lamentablemente, parte de estas operaciones acaban en muertes, negligencias o insatisfacciones por parte de los pacientes. Carmen Flores, presidenta de la Asociación del Defensor del Paciente (ADEPA) comenta: “Actualmente hay bastantes casos (de negligencias) por cirugía estética y cada vez están habiendo más.” De hecho, tan sólo en el 2006, ADEPA registró un total de 900 casos por negligencias médicas o incumplimiento de contrato (ya que una intervención por cirugía estética es un contrato de resultados, es decir que debe haber una mejora). Entre ellos, a finales del año pasado tres farmacéuticos y una cirujano de Barcelona fueron condenados por la Audiencia de Barcelona a penas de hasta dos años y medio de prisión por las secuelas que sufrió una paciente que se sometió a una operación de Estética para reducir arrugas con silicona líquida.
fuente: elcuerpo.es
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