Nuestro objetivo es la prevención y concientización con la finalidad de sensibilizar a la sociedad y sus autoridades a través de diferentes modalidades, realizando actividades en colegios, universidades, lugares públicos y de los medios de comunicación masiva sobre la problemática de la alogenosis iatrogénica en nuestro país.

jueves, 13 de junio de 2013

LA ENFERMEDAD DE LAS BELLAS


Las infecciones BIM (Biopolímeros, Implantes y Mesoterapia) aparecen de forma subaguda (días a semanas) o tardia (meses) luego del procedimiento. Son secundaria a la contaminación de los materiales con microorganismos ambientales y se les conoce con el nombre de "micobacteriosis" y más contemporáneamente como "Enfermedad de las bellas".

Son causadas por micobacterias no tuberculosis y hongos, y pueden cursar produciendo granulomas (nódulos de color violeta, marrón o verdoso) que crecen y se inflaman (dolorosos), pudiendo drenar hacía el tejido profundo en el caso de los Biopolímeros, ya que estos pueden "migrar" una vez que se han colocado y llevar consigo la infección; y se avocan a la superficie en el caso de las infecciones de Implantes y Mesoterapia, produciendo comunicaciones entre cavidades infectadas y el exterior del cuerpo (fístulas). La secreción que puede salir de estas lesiones es blanquecina, grumosa, espesa e incluso puede ser amarillenta, sanguinolenta o purulenta; con o sin mal olor.
Los microorganismos que causan estas infecciones son llamados "de crecimiento lento" o "formadores de granulomas".

Pueden ser únicas (Implantes) o múltiples (Mesoterapia) y generalmente muy extensas en el caso de los Biopolímeros.

Pueden sobreinfectarse por bacterias comunes (celulitis, erisipela, furunculosis, linfangitis) y también llegar a confundirse con complicaciones de los procedimientos estéticos como son el rechazo (encapsulación, fibrosis) o la alergia al material o reactivo utilizado (urticaria, angioedema, dermatitis).

Requieren un rápido diagnóstico clínico y microbiológico (coloraciones, cultivos), para poder iniciar el tratamiento adecuado, y son de manejo multidisciplinario, pues sus secuelas deben ser atendidas por un equipo donde el Cirujano Estético, Dermatólogo, Fisiatra y Médico Microbiólogo tratan de controlar el daño actual y evitar daños futuros. Es necesario remover el material infectado e iniciar antibioticoterapia específica que puede llegar a requerir hasta 4 o más drogas y debe ser supervisada y prolongada (por varios meses).

Los agentes que causan las infecciones asociadas a la aplicación de Biopolímeros son de diversa naturaleza, tanto bacterias, como micobacterias y hongos. Dentro de las bacterias que más frecuentemente se asocian a ellas tenemos las que comúnmente habitan en la piel como Staphylococcus aureus y Staphylococcus epidermidis, las que pueden contaminar las soluciones que se aplican (Complejo Mycobacterium fortuitum-chelonae y Pseudomonas aeruginosa) y aquellas que se aprovechan de forma transitoria de los fenómenos inflamatorios y que pueden llegar por vía sanguínea a los sitios de punción o por mal manejo de la higiene de las mismas (Escherichia coli y Klebsiella pneumoniae).

El aspecto clínico de estas lesiones es diferente otras de las patologías asociadas a procedimientos estéticos, ya que pueden presentarse como extensas celulitis con intenso dolor y signos de flogosis, además de fiebre alta y escalofríos, cambios en el volumen del área afectada (edema o hinchazón con endurecimiento o sensación de "granulos" debajo de la superficie de la piel), cambios de coloración que van desde el rojo hasta el color morado o marrón, diseminación de la lesión determinada por el movimiento del polímero a través de las estructuras anatómicas; úlceras o llagas con áreas de necrosis (muerte del tejido, coloración negruzca con mal olor), e inclusive formación de fístulas, que son conductos entre la profundidad del tejido inflamado y la piel, por donde puede drenar pus, sangre o secreciones amarillentas y/o transparentes.

Estas infecciones requieren un abordaje rápido, pues pueden poner en riesgo más que la apariencia del área afectada, llegando inclusive en casos severos a comprometer la vida del paciente. Deben ser evaluadas por el dermatólogo, cirujano plástico y estético, especialista en el manejo de enfermedades infecciosas; para lograr un adecuado diagnóstico; el cual puede requerir no solamente de técnicas de cultivo, sino además de estudios de extensión de laboratorio (hematológicos, química sanguínea, otros) e imágenes como la Resonancia Magnética Nuclear. Entre sus complicaciones también se encuentran las reacciones alérgicas o de hipersensibilidad, y terminan en general siendo causas importantes de ausentismo laboral, cicatrices y lesiones residuales secundarias a los grandes fenómenos inflamatorios.

Su tratamiento es multidisciplinario, ya que no basta con la antibioticoterapia, siendo necesario el drenaje, limpieza quirúrgica, aspirado, uso de coadyuvantes como ultrasonido u otros, e inclusive rehabilitación.

La prevención básica es colocarse en manos expertas si ha decidido realizar uno de estos procedimientos, lo cual no elimina los riesgos, pero los disminuye en gran medida y permite manejar las complicaciones si se presentan.

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