Nuestro objetivo es la prevención y concientización con la finalidad de sensibilizar a la sociedad y sus autoridades a través de diferentes modalidades, realizando actividades en colegios, universidades, lugares públicos y de los medios de comunicación masiva sobre la problemática de la alogenosis iatrogénica en nuestro país.

miércoles, 24 de marzo de 2010

Rellenando con mentiras


En la bata blanca dice ‘doctor’ fulano de tal, pero el título de cirujano plástico no está por ningún lado en su consultorio de la Avenida Sexta. Asegura que es médico estético de Estados Unidos y ofreció construir una cola “maravillosa” rellenando con ácido hialurónico.
Sonaba bien para alguien escaso de tiempo, porque no pidió ni un examen de sangre y fue ‘generoso’ pues dijo que cobraba dos millones de pesos por el trabajo, “aunque a los extranjeros se los dejo en US$2.700”. 
Lo que tal vez no sabe este ‘doctor’ es que el ácido hialurónico (aconsejable sólo para rellenar pequeños surcos del rostro) vale US$200 el centímetro cúbico y que para aumentar unas nalgas requeriría, por lo menos, de 300 centímetros. La cuenta da US$60.000, más de cien millones de pesos.
“Están engañando a la gente y lo que aplican es silicona industrial, biogel, aceite de cocina o de carro y hasta cemento de odontología”, precisa Alexánder Castillo.
La cabeza de la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica en la región caleña añade que el número de casos de procedimientos estéticos irregulares crece paralelo a la obsesión por la vanidad, y con ello, también se multiplican las formas ‘non sanctas’ de satisfacerlo.
Cuenta que el año pasado se detectó en Cali una “mafia” que reciclaba prótesis de silicona de la ruta hospitalaria. También, que desde hace dos años se está presentando un incremento de cirugías para ‘arreglar’ mamoplastias de aumento, pues ingresó en el 2006 un lote de prótesis chinas no registradas por el Invima que fueron usadas por estafadores.
Incluso, hay pacientes que piden que les saquen sus propios implantes para ponérselos a otra persona.
Alfonso Riascos, cirujano plástico del Centro Médico Imbanaco, asegura que el 30% de los casos que atiende corresponde a pacientes que ya han tenido otras cirugías. Ombligos corridos a un lado, depresiones en la piel, parálisis facial por corte de nervios, pezones mal ubicados, cicatrices enormes son algunas de las situaciones que llegan a los consultorios de profesionales como él.
La Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica revela que la preocupación por este tipo de malas prácticas precipitó una reunión de los secretarios de Salud de Colombia, que tuvo lugar en Bogotá. Y es que en lo que va corrido del año se han presentado en el país 60 denuncias de pacientes que han sufrido complicaciones o lesiones permanentes por esta causa.

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