Nuestro objetivo es la prevención y concientización con la finalidad de sensibilizar a la sociedad y sus autoridades a través de diferentes modalidades, realizando actividades en colegios, universidades, lugares públicos y de los medios de comunicación masiva sobre la problemática de la alogenosis iatrogénica en nuestro país.

domingo, 3 de marzo de 2013

Biopolímeros: Perversión detrás de la belleza

 

Afán de belleza con terribles consecuencias PARTE I -  La comercialización de la belleza se ha convertido en un tema controversial en el país, a raíz del auge que ha tomado desde la última década. La proliferación de los centros estéticos, peluquerías especializadas en la práctica de procedimientos de cosmetología, spa y en algunos casos personal médico que ofrece variedad de paquetes en costos, ha conllevado a crear en la sociedad venezolana una sensación de consumo de la imagen, que en muchos casos ha conducido a problemas médicos que en los peores casos terminan en muerte.

Recientemente Venezuela ha sido catalogada a nivel mundial como uno de los países latinoamericanos donde se trabaja con cirugías y procedimientos estéticos en mayor escala, con relación a otras naciones. Esta gama abarca desde el maquillaje permanente, hasta uno de los hechos más controversiales de los últimos meses, como es la aplicación de biopolímeros.

Las alarmas del Ministerio del Poder Popular para la Salud se activaron al encontrar desde hace poco más de tres años, al menos doscientos casos de personas afectadas por la aplicación de estas inyecciones que contienen sustancias de silicón y son usadas actualmente de manera clandestina en la cara, senos y en su mayoría glúteos, cuyas consecuencias han sido devastar vidas a escasas horas, luego de haber sido inyectados.

Dicha práctica, prohibida desde 2011 por el MPPS, a través del decreto publicado en Gaceta Nacional número 40.065, tomó énfasis desde ese año, cuando al menos dos mujeres fallecieron por estas causas.
 Uno es el caso de Dayana González, de 29 años de edad, quien murió por la aplicación de biopolímeros en la zona glútea, hecha por un enfermero sin tener las condiciones o conocimientos acerca de lo que implicaba introducir un elemento extraño de este tipo en el cuerpo humano.

 Un "error" cometido por William Esteban Rodríguez Sequera, de 45 años de edad, quien alegaba ser médico cirujano y tenía un consultorio en el Centro Clínico Los Teques, situado en la avenida Independencia del estado Miranda, selló el destino de González, quien fue inyectada por el supuesto galeno en una vena del glúteo, llevando esta sustancia al torrente sanguíneo para causarle posteriormente insuficiencia respiratoria aguda y tromboembolismo pulmonar, pues los biopolímeros taparon sus vías respiratorias
Tras múltiples investigaciones, el Cicpc dio con el paradero Rodríguez, quien confesó haber tenido más de un año, realizando procedimientos invasivos, por lo que se presume habría más de cien personas afectadas por esta causa.


Sin embargo, no es sino hasta la muerte de la magistrada Ninoska Queipo, presidenta de la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia, quien fallece en septiembre del año 2012, a raíz de una infección contraída durante una liposucción que le mantuvo en  coma por varias semanas, para que el sistema comience a ver las consecuencias de la comercialización estética y se observen penalizaciones más severas en estos escenarios.

 El polémico caso de una de las máximas autoridades jurídicas del país, en conjunto con las denuncias que empezaron a gestarse en el Ministerio Público en torno a la mala praxis médica, temática hasta los momentos era prácticamente invisible, dieron paso a crear una malla de seguridad que pudiera resguardar a las víctimas de lo que varios juristas han denominado "la mercantilización de la estética" y el aprovechamiento de personas a través de una práctica ilegal internacionalmente.
Ante esta afección que ha terminado por llegar a cientos de personas, se busca todavía curas, procedimientos y demás tácticas para poder restaurar con parte de las consecuencias que las pacientes que logren sobrevivir tendrán presente toda la vida.


BIOPOLÍMEROS: PERVERSIÓN DETRÁS DE LA BELLEZA
Aunque existe entre la sociedad médica poca literatura para explicar las secuelas por la aplicación de sustancias extrañas al organismo, médicamente se determinó una definición que explica las afecciones de los pacientes de los biopolímeros, conocida por el término alogenosis iatrónica, atribuido por el Dr. Felipe Coiffman, quien se ha consagrado como uno de los expertos en el tema.

De la misma manera, la sociedad médica se encuentra en medio de investigaciones y experimentos para encontrar una solución quirúrgica viable que pueda dar con la extracción de estas sustancias en el cuerpo, resultado que hasta los momentos no se ha podido lograr en su totalidad.

Daniel Slobodianik, médico cirujano y miembro de las Sociedades Internacional, Iberoamericana y Venezolana de Cirugía Plástica, manifestó que la alogenosis iatrónica se produce por el encapsulamiento de las partículas de silicón dentro de los tejidos corporales lo que causa efectos adversos, produciendo deformación en las zonas.

Al respecto, Slobodianik detalló que el momento de la inyección es calificado como el instante más peligroso de todo el proceso, porque al inyectar con la cánula, se corre el riesgo de perforar un bazo y la sustancia va al torrente circulatorio, generando un embolismo pulmonar, causa de mayor número de decesos en este procedimiento.

"Las manifestaciones pueden aparecer desde la inyección hasta veinticinco años después, pero lo normal y más común que se manifieste de dos a cinco años luego de la intervención", afirmó.


El especialista especificó que entre los síntomas más comunes están los cambios de coloración de la piel y textura, enrojecimiento, induración o endurecimiento de la zona afectada, infecciones, enrojecimiento con calor, así como la migración de las cápsulas hacia la espalda, muslos, los miembros genitales y la región perianal, en el caso de los glúteos. Con respecto a la cara, senos y pectorales, la sustancia tiende a ser menor y al ser reconocido por el cuerpo rápidamente es encapsulado, lo que hace más fácil la extracción sin dañar la estética del cuerpo.

"En el caso del labio, se inyecta un CC, mientras que en los glúteos se puede inyectar desde doscientos cincuenta a mil a dos mil CC por cada glúteos. El problema al momento de abordarlo no hay consenso entre los médicos que es lo que se tiene que hacer para este procedimiento. Hay mucha discrepancia", indicó.
En tal sentido, destacó que sí ha quedado establecido que los biopolímeros dependiendo del tipo de cirugía, pueden extraerse desde 30 hasta 70%, entre los métodos más usados para tratarse, éstos son liposucción con láser y cirugía abierta.

Explicó que a su juicio la más recomendable es la cirugía abierta abriendo y explorando el glúteo se puede tener visión directa lo que tiene la paciente, caso que no se ve en la liposucción porque es con visión cerrada.

"Lo importante es recordar que en el 100% de los casos hay afectaciones de biopolímeros en los glúteos, unos leves, moderados y otro graves. Para poder tratar el músculo hay que abrir", enfatizó.

Por otra parte, reiteró que esta problemática continúa agravándose día a día, con el aumento de pacientes que buscan una manera viable de extraer esas sustancias de su cuerpo, lucha que continúa hasta que se llegue a un consenso y se tome conciencia por parte de las personas hacia su cuerpo, con la culturización de la población ante la superficialidad de la belleza plástica.


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